Porque solo un instante dura su enojo, pero toda una vida su bondad. Si por la noche hay llanto, por la mañana habrá gritos de alegría.
(Salmo 30:5)
Dichosos los que lloran, porque serán consolados.
(Mateo 5:4)
Cuando nos sentamos a mirar las fotos de amigos y familiares en las redes sociales, a veces olvidamos que entre aquellos momentos de alegría y otros, seguro que hubo fases difíciles en sus vidas. Sí, y eso es lo mismo que sucede con nosotros. De vez en cuando enfrentamos noches oscuras y frías que surgen de repente y nos hacen llorar. En esos momentos tristes de la vida podemos encontrar siempre el mejor consuelo en el Señor, nuestro Dios.
Los versículos de hoy nos hablan sobre ese tiempo de llanto, de lamentación y quebranto por el cual pasamos en algunos momentos de nuestra vida. Son situaciones de angustia, de soledad, dolor, desesperación, pérdida... en fin, diversas aflicciones que nos atacan y nos hacen ver lo vulnerables que somos y cuánto dependemos de Dios. Pero mantén la esperanza, ¡el consuelo llegará!
Tal vez estás pasando por una de esas "noches de llanto" en tu vida... Recuerda que el Señor es un Dios presente. Él no te abandona. Hay luz y consuelo en él. El Espíritu Santo intercede por tu causa y trae el ánimo que necesita tu corazón.