Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás”. Filipenses 2:4 (NVI)
Si quieres conectar con las personas, empieza por sus necesidades, no por las tuyas. Empieza por sus heridas, no por las tuyas. Empieza por lo que ellos quieren, no por lo que tú quieres. Hay un viejo dicho que dice: “Procura primero comprender después ser comprendido”.
La Biblia lo expresa de forma similar. Tienes que pensar primero en los demás y no preocuparte de ser entendido. Trata de entenderlos. Así es como se establece esa primera conexión.
La Escritura nos dice: “Cada uno debe velar no solo por sus propios intereses, sino también por los intereses de los demás” Filipenses 2:4 (NVI). Ese es un versículo tan contracultural. Desde el momento en que nacemos, todo en nuestra cultura nos condiciona a pensar primero en nosotros mismos.
Hay dos verdades básicas sobre la vida. En primer lugar, el mundo no gira a tu alrededor. Sé que eso es chocante. Sí, eres especial a los ojos de Dios. Sí, fuiste creado con un propósito. Pero el mundo no gira a tu alrededor.
Esta es la segunda verdad básica de la vida: Dios ha prometido que cuando te concentras en suplir las necesidades de los demás, Él suplirá las tuyas. Si quieres que Dios supla tus necesidades, comienza a suplir las de otros. ¿Por qué? Porque Dios quiere que aprendas a no ser egoísta. Quiere que aprendas a ser amoroso y generoso como Él.
Colosenses 3:13 nos dice: “Sean comprensivos con las faltas de los demás y perdonen a todo el que los ofenda. Recuerden que el Señor los perdonó a ustedes, así que ustedes deben perdonar a otros” (NTV). Parte de ser considerado con las necesidades de los demás es no esperar que sean perfectos, y ser comprensivos con sus defectos.
Los grandes amigos son personas que olvidan. Olvidan las cosas malas intencionadamente. El amor olvida los errores.
Un buen amigo es sensible a las necesidades de los demás.